jueves, 3 de noviembre de 2011

FACHADA DEL ANTIGUO HOSPITAL DR. SILVA

Recibida la indicación de desmontar la fachada, y con el breve plazo que  había, busqué el sitio para recibirla. El tercer patio del Palacio Municipal -un espacio de unos 20x20 metros- un auuténtico corral que se utilizaba para resguardar el "ganado dañero" que era recogido de diferentes partes de la ciudad y tenía lo necesario para el caso: cobertizos de madera y teja, abrevaderos y pesebres; todo animal reportado ahí era llevado, se ponía un escrito de aviso en el tablero del corredor instando al propietario que pasara a recoger su animal (generalmente caballos y burros), previo pago de la multa y gastos de manutención del animal. Era frecuente que este monto sobrepasara el valor del animal, por lo que eran muchos los que hacían caso omiso y nunca se presentaban, creando un serio problema para el Ayuntamiento.
Al hacerme cargo de la oficina le planteé este problema al Presidente y se acordó suspender este tipo de operaciones, los dos "caballerangos" enlistados en nómina ($ 14.00 pesos diarios para el jinete y $ 6.00 por su animal) debían pasar a mi nómina como "cadeneros" (ayudante de ingeniero), pero sólo con el salario de $ 14.00 pesos, uno renunció y el otro, al aceptar (de nombre Wolfrano Ortiz y con residencia en la Tenencia de Santa María), llegó a ser "casi" mi ayudante personal, fiel, cumplido a carta cabal y celoso colaborador que aceptaba cualquier comisión. Wolfrano y cuatro peones se encargaron de despejar el corral, en tres días se sacó madera, varias toneladas de tierra y estiércol, se niveló el piso y ahí se acomodaron, cuidadosamente, las piedras de la fachada donde permanecieron varios años.
Al terminar su gestión, el Li. Alberto Cano Díaz fue sustituido por el Lic. Fernando Ochoa Ponce de León, quien me ratificó como jefe de lo que pasó a llamarse Oficina Urbanística Municipal, siendo una parte de su programa la limpieza de la ciudad, por lo que una sus primeras  acciones fue la adquisición de 4 camiones equipados con compactadores de basura y la primera barredora motorizada -una vedadera novedad- que, por su forma, la gente llamó "La Bigotona". En esa época, los camiones de la obra pública, del servicio de limpia y del de jardinería, se guardaban unos pocos en el segundo patio del Palacio Municipal, el resto se quedaban en la vía pública, pero como el equipo recién adquirido era más caro -y más delicado- había que hacer espacio para alojarlo en el tercer patio, por lo que las piedras que ahí había se reacomodaron, ya no por "capas", sino formando altas hiladas pegadas a los muros, maniobra que se hizo en forma rápida y un tanto descuidada. A lo anterio hay que agregar los frecuentes roces y golpes que los camiones daban a las pilas de piedra, incluso algunas se cayeron y se volvieron a levantar. En pocos meses las canteras ya eran irreconocibles por el maltrato.
Al fin del año de 1966 se hizo cargo de la presidencia municipal el Sr. Don Alfonso Martínez Serrano -uno de los mejores presidentes que ha tenido Morelia- que, al año siguiente (1967) me encargó el proyecto de una Jardín de Niños a construirse en el terreno ubicado entre la calles Batalla de la Angostura, Calle del Castillo y Artilleros de 47. Me indicó que deseaba un centro moderno, bien diseñado y mejor construido, con todo lo necesario para que fuera un prototipo, sin importar costos. Todos los muros -con exclusión de los divisorios interiores- debían ser de cantera "de Morelia", con "sillarejos labrados" y aparentes; casi al finalizar los trabajos -flataban unos tramos de muros exteriores y el estrado del patio de honor- me encontré con serias dificultades para conseguir cantera "dura y rosada", varios "bancos de cantera" (rigurosamente "canteras") se habían agotado y Don Alfonso no aceptó que se utilizara la del banco de Cointzio, por lo que tomé la decisión de utilizar las piedras sobrantes de la Fachada del Hospital como material de mampostería.
Resumen y fin de un Mito:
               Las canteras de la Fachada del Hospital Dr. Silva las pueden "admirar" quienes visiten el Jardín de Niños "Lupita Diez de Arriaga" ubicado en la Colonia Chapultepec Sur y, como dicen en las películas que nos mandan los "primos del norte": "Juro que  es ésta toda la verdad y nada más que la verdad".

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